lunes, 30 de agosto de 2010

SEGUIMOS CON EL MANTENIMIENTO

Es triste que en Almería las cosas nos duren tan poco ¿¿es qué cuesta tanto mantener las cosas?? ¿para que queremos cosas nuevas si duran dos días? No hace ni dos semanas que han inaugurado la remodelación de la calle Trajano y Eduardo Pérez y más de la mitad de los arboles ya están completamente secos. Seguro que alguno me dirá que ha hecho mucho calor y que los recién plantados arbolillos no han resistido las elevadas temperaturas de estos días pero... ¿cuanto van a tardar en sustuirlos? ¿es tan complicado cuando se detecta algo en mal estado o reseco cambiarlo inmediatamente? A mi no me lo parece pero parece que a los concejales que tenemos en esta ciudad sí. Seguro que dentro de unos años, cuando los arboles hayan crecido y den una sombra agradable si los quitaran rápidamente.

viernes, 13 de agosto de 2010

FERIA DE ALMERIA, UNA MUERTE ANUNCIADA

Un nuevo mes de agosto y otra vez la feria. Pasan los años y nuestra fiesta grande cada vez va a menos. Está herida de muerte y parece que no queremos darnos cuenta. La ciudadanía le está dando la espalda poco a poco a estas fiestas que se hacen casi más por costumbre que por anhelo de los ciudadanos. A pesar de ser una de las ferias más antiguas de Andalucía, data de 1807, no se le está tratando como merece y las autoridades no quieren ver esta situación. Sería un “fracaso político” reconocer que la feria necesita una reformulación en toda regla ¿qué partido tiene la valentía de reconocer que la fiesta mayor está fracasando?. Estas celebraciones necesitan apoyo de las instituciones políticas y sociales para no diluirse en el calendario. Antiguamente, las fiestas eran fechas importantes para los municipios puesto que marcaban un momento de ocio dentro de la vida de la población. Era la única época del año donde se celebraban bailes, verbenas, corridas de toros, espectáculos, etc. Pero hoy en día vivimos en una sociedad cargada de opciones (cines, teatros, conciertos, ocio nocturno, oferta gastronómica, etc.) y se le debe exigir algo más para levantar el interés del público. Necesitan un punto de originalidad y un aporte extra para esperarlas con verdadera pasión. Cada año que pasa se han ido perdiendo o menguando en calidad muchos actos con gran tradición en la ciudad. Desapareció la carrera del toro de fuego en el Paseo, la batalla de flores es mediocre, el folclore almeriense ha desaparecido por completo (hablo del fandanguillo y las refajonas, no de las sevillanas y el faralaes), este año desaparecen los cabezudos y podríamos continuar conforme nos fuéramos echando hacía atrás en el tiempo. El modelo de feria de noche está completamente acabado, y hoy por hoy, ha quedado exclusivamente para familias que llevan a los cacharricos a sus hijos, las casetas se han convertido en macrodiscotecas donde el público adolescente más joven vive sus primeras “marchas nocturnas toleradas” y donde ciertos colectivos, cada vez menos, pasan un tiempo de reunión conjunta. La feria del mediodía que conocemos, que fue un enorme revulsivo hace unos años a pesar de ser una importación de fuera, está literalmente finiquitada, tal y como afirma el actual equipo de gobierno sin ningún pudor. Tras la guerra abierta que le declaró el Ayuntamiento hará un par de años. Daba alegría ver el centro rebosando vida, gente recorriendo todos los recovecos de la ciudad, desde la Plaza Vieja hasta el Paseo, pasando por San Pedro, Marques de Heredia o la Catedral. Grupos de jóvenes se preparaban con antelación camisetas con logos divertidos, un conato de asociacionismo difícilmente visto de una manera tan extendida por Almería. Sin embargo en su momento álgido fue cortado de cuajo ¿se convirtió en un macro botellón? No estoy de acuerdo ¿se les fue de las manos a los gestores públicos? Si. Pero eso solo confirma una demostrada incapacidad del político medio almeriense para la gestión de un evento de cierta envergadura. ¿Alguno de nuestros representantes ha visitado los San Fermines en Pamplona, el desfile de San Patricio en Nueva York, la Oktoberfest en Munich o la fiesta del pueblo más minúsculo? Obviamente la efusividad de aquellos años no se esperaba y es por ello el motivo de ésta la reacción, más que tratar de trabajar en los puntos negativos, se impuso la prohibición absoluta. Recuerdo perfectamente aquel bando municiapl en el que daban indicaciones sobre “buenas maneras” y formas de vestir adecuadas. También me acuerdo como la policía municipal multaba duramente a las personas que salían del ambigú con una cerveza, o el año pasado los servicios de limpieza echando a la gente a unas horas ridículamente tempranas. Este año ya nos avisan que será el último en el centro y se prevé una guerra entre hosteleros y políticos que no ayudará a nadie. ¿Cuál preveo que será el futuro? la gente irá sus bares y tabernas de siempre y después a los pubs y discotecas a seguir con la fiesta. Con el traslado del ferial los almerienses no dividiremos y la fiesta se diluirá entre ambas zonas con la consecuente perdida de ambiente. No voy a criticar el nuevo recinto porqué no estoy de acuerdo con quienes afirman que está lejos. Eso mismo se dijo cuando se trasladó del puerto a la Avenida del Mediterráneo (que en aquellos momentos era el límite de la ciudad, igual que lo es ahora el río). Pero el traslado del ferial no creo que deba implicar abandonar el centro, que sigue siendo el corazón de la ciudad. Pero lo que es cierto es que a una ciudad que aspira a ser un municipio de referencia dentro del Sureste español le debemos de exigir mayor calidad y mejor organización, puesto que nuestra feria languidece más y más con cada año que pasa. El futuro lo veo negro para nuestra fiesta grande y si nuestros políticos no superan su ceguera actual creo que nos queda mediocridad durante mucho tiempo.

Posdata: ¿alguien se ha planteado alguna vez quitar como festividad local el día de la Virgen del Mar? No es que tenga nada en contra de ese día ni de nuestra patrona, pero… ¿realmente hay mucha gente trabajando el último sábado de agosto para disfrutar del festivo? Lo digo porqué llevo muchos años perdiendo un día festivo en mi calendario laboral.