domingo, 28 de agosto de 2011

FLAMENCOS, REFAJOS Y OTRAS HISTORIAS

Termina la feria y con ella el verano almeriense. Año tras año surgen muchos temas al respecto de ella. Uno de los cuales suele ser muy recurrente y se repite con cada convocatoria, por lo que me gustaría centrarme en él. No es otro si no el uso o no de traje de flamenca o gitana en nuestra fiesta grande. Para este tema hay de todos los gustos, desde políticos que se apenan de que no seamos más folclóricos como nuestros vecinos andaluces, asociaciones de empresarios que realizan concursos al traje más bonito e incluso he leído articulistas que entienden su falta de uso. Dos realidades son claras: primero, en Almería tiene un uso minoritario (por ponerme de ejemplo, sólo conozco dos personas que lo tengan, una es de Ávila y la otra de Sevilla) y segundo, el traje tradicional almeriense es otro, el de refajona.

Me gustaría analizar un poco la historia de estas costumbres para tratar de ahondar en una polémica que no debería de existir si nuestra mente colectiva tuviese las ideas claras. Los trajes regionales surgen en el siglo XVIII y XIX y no son otra cosa que los atuendos propios de la población (eminentemente agrícola) de cada lugar. Es por ello por lo que el clima o la orografía influían más que las fronteras políticas. La industrialización provoca la producción en cadena y la mejora de los medios de transporte lo que empieza a imponer la uniformidad en la vestimenta que hoy en día continuamos manteniendo. Así que a finales del siglo XIX y principios del XX empiezan a recogerse todas estas tradiciones en un intento de no perder la identidad y como símbolo de orgullo territorial.

El traje almeriense data del siglo XVIII y es el siguiente: para la mujer, traje de refajona, consistente en una falda llamada refajo que es de lana en las zonas frías o de algodón en las más cálidas. Encima de éste, un delantal de encaje blanco y bordado, para las piernas medias blancas y para el busto una blusa negra con un pañuelo o mantón sobre los hombros. El tocado del pelo incluiría uno o dos moños llamados rodetes adornados con flores. En cuanto al del hombre es más sencillo, un calzón hasta la rodilla negro o blanco conocido como zaragüel (usado ampliamente en todo el Mediterráneo) sujeto por un fajín, una camisa blanca y una chaquetilla negra. Por supuesto ambos pueden diferir en los detalles y la decoración dependiendo según el municipio, la comarca y el poder adquisitivo de los propietarios.

El traje de gitana, flamenca o sevillana tiene un origen similar. Surgen de las antiguas ferias de ganado de Andalucía occidental. En ellas, las clases humildes de la época, campesinos y gitanos (por ello la denominación traje de gitana), acudían a estas ferias ataviadas con batas de percal adornadas con dos o tres volantes. Las ferias perdieron su origen ganadero y mantuvieron su uso festivo por lo que este vestido se asoció a las celebraciones populares. Pero no sería hasta 1929, en la Exposición Iberoamericana celebrada en Sevilla, cuando se consagró y aceptó por parte de las clases adineradas para acudir a su feria y, ayudado por la gran difusión del flamenco en esta época que utilizaba similar estética, consiguió dar el salto de sus fronteras locales.

Después de todo este discurso histórico ¿qué tiene que ver con el traje de flamenca y su uso en Almería? La respuesta es sencilla: analizar porque se llegó a usar en nuestra tierra. Estamos a principios del siglo XX y su uso se empieza a expandir y asimilarse fuera de nuestras fronteras como el traje folclórico español en detrimento de cualquier otro traje regional. Tras la Guerra Civil, el régimen franquista intentó crear una uniformidad nacional borrando cualquier diferencia regional y tomando como modelo muchos tópicos españoles de la época y de los viajeros románticos del siglo anterior. Cuando un turista extranjero venia a la España de los años sesenta y setenta veía mujeres bailando con trajes de flamenca ya fuera en un tablao madrileño o en una playa alicantina. Tras este periodo histórico llegamos a la Transición y la reafirmación regional a través de la creación de las autonomías. Por toda la geografía española las comunidades tratan de alejarse de este tópico nacional por considerarlo rancio y anticuado. Dándole un mayor impulso a sus peculiaridades regionales y locales y quedándose su uso restringido a un ámbito andaluz. Sin embargo en Almería esto no ocurrió. Como todos sabemos Almería sufrió distintos vaivenes y fiascos en el proceso autonómico andaluz. La realidad fue que Almería se introdujo en Andalucía a pesar de que las fronteras políticas difieren de las lingüísticas, culturales, climáticas, históricas o económicas. Es por ello por lo que Almería pertenece actualmente al ámbito cultural de lo andaluz y puesto que en Andalucía los trajes más extendidos son las distintas variaciones del de flamenca (aunque en otras provincias o zonas tampoco sea así), Almería también debe asimilar dicha prenda típica como propia y lucirla en los respectivos eventos que así lo requieran. Existen ciudadanos que en el intento de asimilación incorporan a lo andaluz elementos no exclusivos de esta cultura para justificar nexos comunes, como puedan ser desde las flores engarzadas en el pelo, mantones sobre los hombros, la tauromaquia hasta los farolillos chinos de cualquier pueblo. O incluso reniegan de lo propio, haciendo afirmaciones (verídicas) tales como “da mucho calor” o “el de sevillana hace mejor figura” aunque en estos casos ni siquiera podían describir el de refajona.

En Almería capital, y en otros municipios grandes, la globalización y el desarraigo junto con una absorbente política educacional y cultural, impone unos modelos estandarizados para todo el ámbito de las ocho provincias. Solamente hay que ver en nuestra geografía para confirmar que muchas festividades son calcos descafeinados de otras celebraciones occidentales.

Así es como poco a poco el traje de refajona y otras enseñas folclóricas tan almerienses como por ejemplo el Fandanguillo de Almería han caído prácticamente en el olvido. Siendo desconocidas por la mayoría de la población almeriense. Únicamente en algunos pueblos se está tratando de recuperar estás tradiciones almerienses. Es encomiable el trabajo de asociaciones de Níjar, Lucainena de las Torres, Serón los Vélez, la Alpujarra y otros grupos folclóricos de distintos municipios que tratan de recuperar su folclore y simbología local. Sin embargo los políticos de nuestra capital no lo ven así y continúan tratando de imponer modas regionales que resultan forzadas en la colectividad social y que no terminan de ser asimiladas y cuajar en el conjunto de los ciudadanos. Por supuesto hay mucha gente que las tiene como propias y las disfruta como el que más. Obviamente cada uno puede vestir e ir como quiera (que suele ser gorro de paja, pantalón corto, camiseta y porrón hasta que lo prohibieron) pero apena comprobar como feria tras feria, en nuestra tierra, no se intenta promover la cultura almeriense mientras que las autoridades se rasgan las vestiduras y aúnan esfuerzos para exportar e imponer modelos foráneos. Tan solo espero que con el paso de los años haya un cambio de rumbo y nos demos cuenta que Almería necesita recuperar su propia identidad si quiere mirarse orgullosa de si mismo al futuro.



jueves, 4 de agosto de 2011

¿PLAYAS CON PARKING PRIVADO?














En estos últimos días todos los medios de comunicación están dando la noticia de los parkings de pago que están surgiendo por varias playas del Cabo de Gata. No quiero cuestionar lo adecuado de la iniciativa ya que un propietario de una finca particular tiene derecho, hasta los límites marcados por la ley, a hacer con su terreno lo que quiera. La gallina de los huevos de oro está ahí y todo el mundo quiere sacarle tajada. Sobre todo teniendo en cuenta que los propietarios tienen bastantes restricciones para realizar cualquier actividad económica dentro del parque natural. Y sumado a que aguantan en demasiados casos la “mala baba” de algunos usuarios, que hacen del campo su cortijo, usando, ensuciando y destrozando todo a su paso sin mirar si pueden o no pueden hacer. Tampoco quiero entrar en una discusión sobre los derechos de servidumbre de paso (que no de aparcamiento) que existen en la Ley de Costas puesto que no la conozco en detalle. Si que apoyo a los grupos ecologistas y a la Junta de Andalucía en denunciar a los propietarios si es cierto que han hecho desmontes o aplanamientos del terreno sin permiso para que aparquen los coches. Y no me parece mal que se limite el acceso de coches siempre y cuando se pongan medios alternativos de transporte público (a ser posible gratuito) porque a veces nos olvidamos que es un espacio natural no una playa que la hayan dejado bonica para los domingueros. Yo me quiero centrar en otro detalle que parece nadie le está prestando atención. La legalidad o no de dicha actividad. Lo que si conozco bien es que en el territorio español para realizar una actividad económica se debe tener una licencia, un alta en la actividad y cumplir con una serie de obligaciones como por ejemplo cotizar a la Seguridad Social, llevar una contabilidad, declarar a Hacienda, etc. Me sorprende que se esté permitiendo esta actividad a la vista de todo el mundo con lo que parece ser total impunidad. Salvo en el caso de Carboneras, que la explotación es municipal, en la cala de San Pedro o en Monsul hay simplemente un señor con una sombrilla y una silla que se va acercando a la gente y le da un “recibo” de la transacción. Incluso he leído en un medio que al preguntarle sobre el asunto, este “trabajador” afirma que es “orden de Don Cesar”. Me pregunto si “Don Cesar” o quien sea el propietario del resto de fincas ha creado una empresa cuya actividad sea estacionamientos (CNAE 5221 ACTIVIDADES ANEXAS AL TRANSPORTE TERRRESTRE) y a su trabajador, que por supuesto debe estar dado de alta, cotice con la ocupación especifica de vigilante y que posea la formación necesaria propia de la actividad y la obligatoria por la Ley de Prevención de Riesgos Laborales (Creo que el sombrero y las chanclas con las que ha sido fotografiado en algunos periódicos no son los adecuados para la tarea). También habría que explicar si el centro de trabajo, el parking, cumple todos los requisitos legales en prevención de riesgos laborales y los necesarios para una licencia de apertura. Además de estas y tras leer la web Consumo Responde de la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía me gustaría saber si están accesibles las tarifas del parking, el horario de apertura y el día y la hora escritos en el ticket. El motivo por el cual el recibo afirma que el propietario se exime de toda responsabilidad del vehículo cuando no puede. El cartel informando la existencia de un libro de reclamaciones (que es obligatorio en todos los establecimientos que presten servicios a clientes) y por supuesto que exista libro de reclamaciones. Podría seguir enumerando pero creo que solo con estas nos podemos hacer una idea. Me parece sorprendente que ninguna autoridad haya ido a pedir cuentas sobre esta actividad y haya clausurado inmediatamente los parkings que no cumplan la normativa vigente. Si la cumple ni media palabra más. Vería normal y lógico que el dueño llame a la grúa cuando aparquen ilegalmente en su terreno, invadiendo su finca, denuncie cuando abran establecimientos ilegales en su terreno o situaciones parecidas que estén sufriendo para que toda la “fuerza” de la ley recaiga contra los infractores. Pero el hecho de que alguien cometa una tropelía contra tus propiedades no te autoriza a cometer otra contra los usuarios. Estoy pensándolo y si me sentara con una tumbona en un solar del centro y cobrase por aparcar? ¿Tampoco vendrían los municipales? Quizás es una buena oportunidad de negocio para todos aquellos que dispongan de un terrenillo sin construir.