sábado, 18 de junio de 2011

CONAN, EL ALMERIENSE

Hace poco escribía un artículo que hacía referencia a la marginación que sufría nuestro patrimonio almeriense. Esta semana vuelvo a retomar el asunto con las noticias que han saltado a los medios, nos informan de la próxima (quizás a estas horas ya finalizada) demolición de la cueva donde se rodó la película Conan “El bárbaro”. Este es un ejemplo más de la falta de interés que tenemos en Almería por nuestro pasado y la falta de luces para ganar dinero. Pero con mis líneas no me gustaría caer en el discurso recurrente de “a favor de la cueva y en contra del malvado especulador”.

Primero quiero dar la razón a quienes afirman el nulo interés que suscitaba esta cueva. Es más, pocos éramos los almerienses que conocíamos que entre sus rocas se había rodado está mítica película. Estoy harto de pasar con el coche por allí, con amigos o compañeros de trabajo, comentarles “¿sabias que allí rodaron Conan?” Casi siempre una cara de sorpresa suele dibujarse en el rostro del acompañante de turno. Nadie, salvo unos pocos fanáticos del cine y los indigentes que vivían en ellas sabían de su existencia. Ninguna entidad pública, privada o colectivo ciudadano jamás se había interesada por ponerla en valor, solo cuando se enfrenta a una desaparición inminente parece suscitar interés. Quizás dentro de un par de años estemos en una situación similar cuando la casa palaciega que hay unos metros más abajo en la misma rambla sufra alguna reforma o se venga abajo ¿alguien sabia que allí rodaron escenas de la película “El viento y el león” protagonizada por Sean Connery? Esto debería servir para que todos hiciéramos un poco de autocrítica y pensar un poco a futuro. De nada sirven las luchas perdidas. La guerra a favor del patrimonio, la cultura y el medio ambiente no debe convertirnos en héroes defensores de causas perdidas, si el objetivo es proteger algo, mañana ya es tarde para ponerse a ello. Es más, reconozco que esta actitud en parte provoca que muchos ideales no cuajen en el conjunto de la sociedad, y más en una sociedad tan pasota como la almeriense que exige un esfuerzo extra. Pero ni más lejos de la realidad el objetivo de esta articulo es criticar el magnifico trabajo que realizan unas pocas asociaciones y colectivos que navegan contracorriente en una Almería que pasa de su pasado. Es más, aunque no soy miembro de ninguna, cuando el tiempo me lo ha permitido he acudido a alguna de sus manifestaciones. Les admiro profundamente y les animo a que continúen como hasta ahora luchando altruistamente por el bien de todos pero les pido que en algunas propuestas sean algo más realistas.

En este caso que nos trata, la realidad es que ese terreno es privado. Llevamos años sabiendo que en él se iba a construir un centro comercial y ahora nos sorprendemos de las obras. Debemos comprender que este área comercial también será buena para nuestra ciudad y puedo asegurar sin demasiadas posibilidades de equivocarme que este centro comercial desata más interés entre la ciudadanía que la cueva de Conan. Es en este punto donde yo me pregunto ¿son incompatibles ambos proyectos? ¿Realmente hay que estar en contra del centro comercial para esta a favor del mantenimiento y puesta en valor de este lugar emblemático? Yo personalmente creo que no. Difícilmente veo posible que el Grupo Carrida le interés construir un aula de la naturaleza o un centro de interpretación. Ellos son una empresa y su objetivo es ganar dinero, esto no los convierte en malos ni en especuladores. Es respetable su interés económico y su objetivo ayudará a la mejora de los servicios de nuestra ciudad. Es más, si las empresas 20th Century Fox o Universal Pictures no hubiera decidido rodar “Conan, El Bárbaro” con el único fin de ganar dinero, ninguno de nosotros estaría hablando de este tema al día de hoy. ¿Cómo compatibilizarlo? Quizás debamos tratar de hacerle ver a Carrida que poniendo en valor esta cueva ellos van a ganar más dinero que si las destruyen sin más. Quizás nadie de las personas involucradas en el proyecto sabía de la existencia de dicha cueva o quizás nadie ha pensado que su inclusión en el proyecto pudiera generarle un beneficio. Esto provoca dos consecuencias, una, que esta empresa ya ha invertido dinero en el proyecto y unos terrenos como para permitir esta modificación tan a la ligera y dos, que los cambios deben ser lo suficientemente “golosos” como para interesarse en modificar su idea (con la consecuente inversión extra que ello conllevaría). Esta es la realidad y quien la niegue estará luchando en vano. Creo que ambas ideas, proteger y beneficiarse no deben ser incompatibles. Otros países no tienen estos problemas y saben compatibilizar el beneficio económico con la historia. Inglaterra, Francia, Alemania, EEUU, están plagadas de ejemplos. Seguro que fijándonos en otros lugares podríamos sacar buenas ideas que nos permitieran proteger y poner en valor este lugar emblemático. A mi a voz de pronto se me ocurre una, tan buena o tan mala como cualquier otra. En este centro comercial hay planificada la construcción de unos multicines. ¿No sería interesante conjugar estos cines con este lugar cinematográfico? Imaginaos, poder ver una película en unos cines donde puedes visitar un decorado real de película. Incluso buscar la forma de integrarlos como parte de las instalaciones del propio cine, una zona “museo de cine” con sus replicas, sus carteles, sus paneles informativos, incluso una reconstrucción del decorado a la vez que lo aprovechas de sala de espera o de tienda de souvenirs. No se si existirá en el mundo alguna sala de cine que junte un decorado real con sus instalaciones pero me parece una idea interesante que podría convertirse en el emblema y elemento diferenciador de este centro comercial frente a su futura competencia y un polo de atracción al incluirse el centro comercial en las guías de turismo de la ciudad. Pero esta es solo una idea a voz de pronto ¿Cuántas otras bastante mejores se podrían plantear pensándolo detenidamente? Seguro que más de una podría salir adelante.

Para finalizar solo quiero remarcar que cuando nos vemos en estas encrucijadas es más inteligente conseguir establecer los puntos comunes entre los distintos intereses y trabajar en unificar ambos planteamientos en lugar de cerrarse en banda en las propias ideas. Así conseguiríamos evitar la desaparición de parte de nuestro patrimonio histórico y medioambiental que a fin de cuentas es lo que todos deseamos.