sábado, 31 de enero de 2009

CIUDAD LIBRE DE VADOS

Iba a escribir algo sobre la manía de reventar las cuatro estatuas que tenemos en Almería pero lo voy a dejar aparcado para otro día. Resulta que esta mañana me he levantado animado, me he zampado un molletillo para entrar en calor en el Barea y he ido a casa de mis padres a por el coche para recoger a la parienta, pues cual a sido mi sorpresa cuando llego a la puerta del garaje y veo que le han regalado una pintada a toda la fachada de mi casa familiar, es más, el buen bastardo se entretuvo en echar silicona a las dos cerraduras de los garajes, así de primeras podríais pensar que debo gastar una familia muy malvada, pero tengo que contaros que temo saber el motivo de esta represalia tan divertida, resulta que mis padres viven entre una calle y una plazoleta muy cuca de ese centro de Almería tan saturado de coches encima de las aceras y claro, se ve que el hecho de que mis padres posean dos plazas de garaje tiene que joder a algún vecino que desconoce al cornudo que se follo a su madre en la rotonda de Bayyana. Para que os hagáis una idea, la puerta del garaje de mi padre da a una plaza en la que no se puede aparcar de por si (aunque siempre está llena), a pesar de ello existe una hermosa placa de prohibido aparcar en toda la acera y a parte de esto se puede observar un bello vado (que por cierto hay que pagarlo todos los años) que dice que delante de esa cochera no se puede aparcar, pues a pesar de ello, son treinta y tantos los años que lleva mi padre matándose vivo con gente que le echa en cara y le monta broncas cada vez que tiene que llamar a la grúa para sacar su coche, y es que amigos, quien piense que el código de circulación, una señal vertical y un vado impide aparcar diariamente tapando al salida de una cochera está equivocado. La verdad es que en el fondo no me extraña demasiado con la cantidad de hijos de putas que tenemos en esta ciudad, igual incluso tendremos que dar gracias que solo sea un poco de silicona y una pintada. Estos son nuestros queridos ciudadanos, una ciudad en la que mucha gente hace lo que quiere con impunidad y con nula educación o conciencia ciudadana, pero bueno, nos queda el consuelo de que la correspondiente denuncia que tramitaremos la investigarán los mismo policías que nos dijeron una de aquellas veces que se llamó a la grúa “hombre, hay que ser un poco tolerante, en algún sitio tendrán que aparcar…”

3 comentarios:

  1. Buenos días a todos/as,

    El nivel de educación -no me refiero a la cultura o sapiencia de las personas- de la población almeriense y entiendo que podrá extrapolarse al resto de población española incluso "latina" es prácticamente nulo, siempre se encuentran excepciones como en todo. Pero si visitáis una ciudad Europea dígase por citar un ejemplo Londres, veréis la abismal diferencia.

    Por cierto el diccionario Almeriense está genial.

    Saludos

    ResponderEliminar
  2. Tienes toda la razón, no se que nos pasa en los paises mediterraneos que nos cuesta vivir en sociedad, a veces parece mentira que la cultura occidental naciera en el Mare Nostrum.

    ResponderEliminar
  3. Señor Elendil, lleva usted más razón que un Santo, como confirma el Sr. Muñoz. De todas formas, Jesús, te digo, también por experiencia, que eso de los vados... Bueno, que para lo único que sirve es para pagar. El mío no lo respeta ni el gato, con esto de tener un instituto al lado, cada vez que es hora de salir o entrar, lío que te crío. Por lo menos, en esas ocasiones se quedan dentro y basta con pitarles, aunque está el típico de "¿no se puede esperar cinco minutos, o qué?".

    Lo lamentable es que tus propios vecinos le digan a sus proveedores: "aparque usted en el vado, que ya vendrán por aquí a avisar" o te tengas que recorrer todos los bares cercanos, por si "eran sólo un par de minutos para el café".

    Personalmente (aunque han sido más ocasiones), sólo he tenido que llamar a la grúa una vez (ya digo que otra cosa es lo que haya hecho mi familia), e incluso he llegado a aparcar en otro lado en ciertos momentos... Pero clama al cielo, y eso que yo no vivo en el centro.

    Pero es como lo de las reservas de espacio y similares, te aseguro que la que hay al lado de mi trabajo, para medios de comunicación, sin límite horario, no la respeta ni el gato a partir de las siete de la tarde, ni al mediodía, ni...

    Para que seguir.

    ResponderEliminar