GRANDES SUBSIDIOS, GRANDES RESPONSABILIDADES

La semana pasada se aprobó un subsidio de cuatrocientos euros mensuales para aquellos trabajadores que sin disponer de más subsidios realicen actividades formativas para encontrar un puesto de trabajo. Esto me ha recordado una anécdota que le sucedió a un amigo que impartía el modulo de prevención de riesgo laborales en un curso de Formación Profesional Ocupacional, varios asistentes estaban molestando mientras se daba el curso y mi amigo les llamó la atención, estos le dijeron que les daba igual el curso que solo estaban porqué lo necesitaban para que la Junta de Andalucía les diera una paga. Este es nuestro país, me alegra muchísimo vivir en un país que posee unas amplias coberturas sociales y que se preocupe por sus ciudadanos en momentos de necesidad. Pero estos grandes privilegios requieren de una gran responsabilidad por parte de los políticos, los funcionarios y la ciudadanía. Aquí es donde falla España. Ya en nuestro Siglo de Oro se hablaba de España como el país de la picaresca, pasan los siglos y seguimos teniendo la misma mentalidad y lo peor, socialmente está bien visto. Es aquí donde se deberían tomar medidas más severas y menos populistas, reclamando a los gestores públicos que sean más escrupulosos, y no estoy diciendo precisamente que las fotocopias estén correctamente compulsadas por ambas caras en el margen superior derecha para adjuntarlas al expediente. Estoy hablando de la lucha contra el fraude en los subsidios de desempleo, el absentismo laboral, el famoso PER y otros tantas ayudas. Estoy harto de ver gente que presenta sus partes de baja con las botas de seguridad manchadas de escayola y el metro colgado del cinturón o que en los días de mercadillo sean justo cuando aprovechan algunos vendedores ambulantes para presentar sus bajas y cobrarlas. Estoy harto de ver en la cola del banco supuestos desempleados consultando sobre su ingreso del paro con prisas por qué tienen que irse a trabajar. Y esto no solamente sensaciones personales, los datos estadísticos corroboran que somos uno de los países europeos con mayor tasa de absentismo laboral y mayores tasas de desempleo, si los cruzamos con nuestros datos de economía sumergida y dinero negro se pueden sacar muchas conclusiones. ¿Por qué no actúan las administraciones ante estos bochornosos fraudes? Son muchos los españoles que interiorizan como ingresos propios muchos subsidios que nos da nuestro estado social y que están pensados para situaciones de penuria, no para aumentar los ingresos anuales. Pero parece que nadie reacciona, ¿Dónde están las inspecciones y los controles de las administraciones públicas? ¿Existe realmente alguien que controle que los supuestos desempleados realmente busquen trabajo o no estén trabajando? ¿Cómo puede ser que una persona rechace varias ofertas de empleo y siga cobrando el subsidio de desempleo? ¿Por qué se permite con total impunidad que una mujer se de alta en una empresa dos días antes de dar a luz para cobrar la maternidad y la ayuda de 2.500€? Quizás en un estado como el nuestro hagan falta menos funcionarios tramitando papeles y más en la calle persiguiendo el fraude. Quizás deberíamos adecuar los subsidios a nuestra realidad y modificar los requisitos y la forma de acceso. En Francia se hablaba de sustituir en parte el desempleo por complementos al sueldo al aceptar un empleo para incentivar la aceptación de trabajos. En Italia de castigar duramente a las personas que defraudaban con las bajas laborales. ¿Por qué estamos en el país donde todo vale? Organismos como el SAE (antiguo INEM) únicamente sirven para la tramitación del cobro del subsidio cuando en su origen era para buscar empleo ¿realmente alguien busca empleo en el SAE o en infojobs? Tenemos que ser realistas con la sociedad en la que nos movemos y ser duros con esos parásitos que se aprovechan de los que tanto nos esforzamos con nuestro trabajo diario, debemos arrinconarlos y marginarlos, parece que muchas veces olvidamos que todo este tinglado se financia con nuestro dinero, de esta manera podremos seguir disfrutando de todos estos privilegios que tanto bien hacen a los que verdaderamente necesitan.